Hace ya bastantes años (en 1946) Pedro Salinas, genial poeta mentor, en cierto sentido, de la irrepetible Generación del 27, hablaba de un mal que ya empezaba a asomar en su tiempo pero que asolaría a toda la generación que estaba por llegar, entre la cual nos encontramos.
Dos amantes se matan por un hilo
-ruptura a dos mil millas-;
sin que pueda salvarle una mirada
un amor agoniza,
y hundiendose el telefono en el pecho
la enamorada expira.
Esto es un fragmento de Civitas Dei,
Variación XII extraído de su
Aventura Poética.
Dedicada con cariño al gallego que
se queda en Madrid
Como sólo he dejado un extracto de uno de sus escritos, aquí os dejo otro poema entero de este irrepetible escritor, de esos que calan hondo:
-ruptura a dos mil millas-;
sin que pueda salvarle una mirada
un amor agoniza,
y hundiendose el telefono en el pecho
la enamorada expira.
Esto es un fragmento de Civitas Dei,
Variación XII extraído de su
Aventura Poética.
Dedicada con cariño al gallego que
se queda en Madrid
Como sólo he dejado un extracto de uno de sus escritos, aquí os dejo otro poema entero de este irrepetible escritor, de esos que calan hondo:
Lo que eres
me distrae de lo que dices
Lanzas palabras veloces,
empavesadas de risas,
invitándome
a ir adonde ellas me lleven.
No te atiendo, no las sigo:
estoy mirando los labios donde nacieron.
Miras de pronto a lo lejos.
Clavas la mirada allí,
no sé en qué, y se te dispara a buscarlo
ya tu alma
afilada de saeta.
Yo no miro adonde miras:
yo te estoy viendo mirar.
Y cuando deseas algo
no pienso en lo que tú quieres,
ni lo envidio, es lo de menos.
Lo que quieres hoy, lo deseas;
mañana lo olvidarás
por una querencia nueva.
No. Te espero más allá
de los fines y los términos.
En lo que no ha de pasar
me quedo, en el puro acto
de tu deseo, queriéndote.
Y no quiero ya otra cosa
más que verte a ti querer.
me distrae de lo que dices
Lanzas palabras veloces,
empavesadas de risas,
invitándome
a ir adonde ellas me lleven.
No te atiendo, no las sigo:
estoy mirando los labios donde nacieron.
Miras de pronto a lo lejos.
Clavas la mirada allí,
no sé en qué, y se te dispara a buscarlo
ya tu alma
afilada de saeta.
Yo no miro adonde miras:
yo te estoy viendo mirar.
Y cuando deseas algo
no pienso en lo que tú quieres,
ni lo envidio, es lo de menos.
Lo que quieres hoy, lo deseas;
mañana lo olvidarás
por una querencia nueva.
No. Te espero más allá
de los fines y los términos.
En lo que no ha de pasar
me quedo, en el puro acto
de tu deseo, queriéndote.
Y no quiero ya otra cosa
más que verte a ti querer.
Extraído de La Voz a ti Debida
2 comentarios:
Nuncá pensó en que pudiese llegar a ser el pseudo-protagonista de un poema o alguna situación tragiromántica.
Mal que le pese a este viejo fardo de huesos lo és y no le queda más remedio que abrazar su cruz lo más fuerte que pueda, ya que es lo único que podrá abrazar.
Como dijo el gran JdT, yo me quedo en Madrid (con asento porteño).
Por poco lo olvido.
Gracias Juan. Gracias por todo.
Publicar un comentario