Estas mismas palabras que repito las he leídos en libros. Algunos se escribieron hace mil años, otros se publicaron hace dos. Porque al fin y al cabo todo lo que se escribe acaba por ser una nota a pie de página de algo escrito antes. Existe un solo tema, la vida, y la vida es siempre la misma: una misma radiación impregna al universo entero y no está asociada a ningún objeto particular. Todos nuestros actos, todos nuestros amores son repeticiones de otros ya acaecidos y por eso siempre encontraremos en un libro la respuesta a alguna de nuestras preguntas. El problema radica en que no entenderemos nada de lo escrito en tanto no lo hayamos vivido de un modo u otro y me parece que yo ahora y sólo ahora empiezo a comprender frases leídas hace teimpo.
Ahora comprendo que la ciudad me sigue, que camino siempre por las mismas calles, y que hace falta desenterrar la angustia para que no se pudra bajo mis pies. Por esta razón dejo una ciudad y regreso a otra, porque sé que en el fondo habito siempre la misma. Creí dejar atrás el sufrimiento y he comprendido que lo llevo conmigo, y ahora vuelvo a la misma ciudad que odiaba tanto.
Lucía Etxebarría,
Beatriz y los Cuerpos Celestes
Beatriz y los Cuerpos Celestes
2 comentarios:
Mu buena pinta si señor.
No debemos odiar los lugares ni las cosas sino aquello que evocan para poder diferenciar y poder continuar.
Olé ese artiriko, si señor!!! jaja
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