viernes, 25 de abril de 2008

Hombre que mira la Luna

Lo bueno de la poesía es que te invita a releerla siempre, ya sea sólo unos instantes después de haberla acabado, ya sea unos días o quizás, como en el caso que ahora acontece, años después de haberla encontrado por vez primera. Estaba leyendo un libro de Benedetti cuando me acordé de otro que había leído anteriormente que lleva por título "el amor, las mujeres y la vida", y que en su momento me impacto, así que ávidamente fui y por donde el azar colocó mi dedo apareció esta maravilla que ahora yo te dejo a ti para que la leas, y quien sabe si en otro momento (o instante) la releas:

Hombre que mira la Luna

Es decir la miraba porque ella
se ocultó tras el biombo de nubes
y todo porque muchos amantes de este mundo
le dieron sutilmente el olivo

con su brillo reticente la luna
durante siglos consiguió transformar
el vientre amor en garufa cursilínea
la injusticia terrestre en dolor lapizlázuli

cuando los amantes ricos la miraban
desde sus tedios y sus pabellones
satelizaba de lo lindo y oía
que la luna era un fenómeno cultural

pero si los amantes pobres la contemplaban
desde su ansiedad o desde sus hambrunas
entonces la menguante entornaba los ojos
porque tanta miseria no era para ella

hasta que una noche casualmente de luna
con murciélagos suaves con fantasmas y todo
esos amantes pobres se miraron a dúo
dijeron no va más al carajo selene

se fueron a su cama de sábanas gastadas
con acre olor a sexo deslunado
su camanido de crujiente vaivén

y libres para siempre de la luna lunática
fornicaron al fin como dios manda
o mejor dicho como dios sugiere.

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