Tristemente fallecido el pasado mes de diciembre, Freddie Hubbard es uno de los grandes de la historia del jazz, sin embargo su carrera ha estado llena de contrastes debido a diferentes circunstancias. Tras aportar su trompeta a algunos de los discos más importantes de los 60, junto a músicos tan prestigiosos como John Coltrane, Ornette Coleman o Wayne Shorter; Freddie Hubbard graba sus mejores discos (Red Clay y Straight Life) para el sello CTI, y posteriormente First Light también para el mismo sello, disco que le reportó un reconocimiento inédito hasta aquel momento para un músico de jazz. A partir de aquí su carrera sufrió una serie de altibajos grabando algunos discos de marcado carácter comercial, que pasarían totalmente desapercibidos para la crítica y el público (Liquid Love, Windjammer...) junto con otros imprescindibles (Born to be Blue, Back to Birdland o Sweet Return). En los noventas cuando estaba llamado a ser el trompetistas más importante del momento (al haber desaparecido Dizzy Gillespie y Miles Davis) su labios le jugarían una mala pasada y comenzarían a darle serios problemas. En los últimos años Hubbard publicaría algunos buenos discos (New Colors) que demostraban de lo que era capaz, así continuó en estos últimos años, hasta que un ataque al corazón se lo llevó en Los Ángeles; dejándonos como legado alguno de los mejores discos del jazz de siempre, imperdonable no escuchar Red Clay o Straight Life.
Freddie Hubbard-Straight Life
jueves, 15 de enero de 2009
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