
[...] De aquí se sigue que incluso ese
ir en contra de la naturaleza consiste en una moral que concibe a dios como una idea antitética de la vida y como una condena de ella, no es más que un juicio de valor que realiza la propia vida. Ahora bien, ¿qué vida?; ¿qué tipo de vida?. Ya he contestado a esto: la vida descendente, debilitada, cansada, condenada. La moral tal y como ha sido entendida hasta hoy -tal y como ha sido formulada últimamente incluso por Schopenhauer, en términos de "negación de vivir"- es el mismo instinto de decadencia, que hace de sí mismo un imperativo, y que ordena: "¡perece!", es el juicio de quienes están condenados.
Friedrich Nietzsche,
El Ocaso de los Ídolos