viernes, 6 de mayo de 2011

Ignorancia-Incultura, Una historia con Mucho Swing

Dijo Einstein una vez que "sólo hay dos cosas infinitas: el universo y la estupidez humana. Y no estoy tan seguro de la primera". En esas estoy yo, aunque más que estupidez diría ignorancia. Mi ignorancia es tal en tantas materias que a veces asusta, pero hoy me quería referir al tema cultural en particular. No me meteré en caminos artísticos ( que a la vez consideramos cultura) si no en temas como el cine, la literatura y la música.

Reconozco que uno a lo largo de la vida tiene que investigar para conocer escritores, músicos, directores, etc. ya que el placer de descubrir algo nuevo es maravilloso, y por supuesto siempre tiene que ir de la mano con el desconocimiento y la ignorancia de aquello que descubrimos. Pero dicho esto, mi "mosqueo" reside en lo poco que, al menos a mí, me ayudó la educación académica que recibí.

Recuerdo con bastante pena las enseñanzas que recibí en Literatura en el instituto. Tuve que aprender de memoria cuando se escribió La Celestina, pasajes enteros del libro, tuve que aprender los nombres de todos los libros que escribió Cervantes, o leer interminables y pesados pasajes de El Lazarillo de Tormes. Pero nadie me animó a leer, nadie me ayudó. Me omitieron a un señor inglés llamado Shakespeare, nadie me dijo que Alejandro Dumas había escrito maravillas (de verdad no son esos libros mucho más aptos para enganchar a un chaval a la lectura). Ni que decir tiene, que más allá de siglos lejanos no se había vuelto a escribir. Me imagino lo que hubiera alucinado si en segundo de B.U.P. me hubieran propuesto leerme El Capitán Alatriste, en vez de libros que por suerte ni recuerdo. Hace relativamente poco tiempo volví a mirar aquellos libros de texto para ver la materia impartida y así comprobar si era mi memoria la que fallaba, o era el sistema. Lamenté mucho ver como el último tema del libro era Gabriel García Márquez y su Cien Años de Soledad..... pero no llegamos allí, que pena. Ahora pienso en tanta gente que desconozco, y en tantos libros que jamás hubiera leído si no fuera por referencias en canciones o películas, nunca hubiera conocido la historia de Dorian Gray de no ser por 091 o A.Rot, nunca hubiera leído Rayuela si no hubiera conocido antes a A.Aristarain. Algunas de los escritores que cambiaron mi forma de pensar llegaron, como suele ocurrir, por casualidad.

El problema es que si hablamos de música la realidad es aún peor. Todos conocemos el criterio musical actual, si suena en las radios comerciales es bueno, sino nada. Recuerdo la clases de Música en 1º de B.U.P., y joder que me gustaría encontrarme a esa profesora a día de hoy y decirle cuatro verdades a la cara. ¿Música de cámara? ¿Música renacentista?, ¡no, joder! no se puede abordar a niños de 13 años (si no me equivoco) con esa música. Para empezar en una clase de música lo primero que había que tener es música puesta lo que dure la hora; y aunque sería genial que un niño de menos de 15 años fuera capaz de apreciar las Nocturnes de Chopin interpretadas por Maria-Joao Pirés las posibilidades de que esto ocurra son ínfimas, a mí me ha llevado al menos 26 años. Por eso creo que en este campo la historia se debería de contar al revés, es decir, empiecen por algo que el alumno pueda asumir, pueda reconocer como suyo, y ahora vamos a tirar de raíces. Hablanle de que existe música Pop, pero sin ocultarle lo que hay más allá de la radio, y no le olcutéis que hay otros movimientos musicales, es imposible entender la música sin conocer el Rock, pero no se puede conocer el Rock sin conocer el Blues, y diganle que hubo un país que revolucionó el sonido mundial tocando Reggae y que la historia de la música actual empezó con el Jazz en Nueva Orleans, y que....

En fin, toda este tostón inmenso viene dado porque yo, buscador insaciable de música, cada día me doy más cuenta de lo ignorante que soy en este tema, y me paro a pensar que no sólo será mi culpa, sino que también algo de culpa ha tenido la educación escolar que he tenido (que como en tantos otros temas deja tanto que desear). En mi lucha constante por ser algo menos ignorante conocí a Black Joe Lewis, y alguien había escrito que debía mucho a J. Geils Band y a Wilson Pickett, así que me sorprendí de desconocer a dos grupos tan increíbles que aquí os dejo para que como yo sigamos avanzando un poquito más.

P.D. De cine hablamos otro día, porque en ese tema mi ignorancia si que supera los límites del universo, incluso si me apuráis del multiverso.

Black Joe Lewis


Wilson Pickett



J. Geils Band
De este os pongo el enlace en spotify. Aquí.

6 comentarios:

Malone dijo...

tienes más razón que un santo!! normal que se coja odio a la lectura con los truños que obligan a leer en el colegio.

Antoine Lamarck dijo...

Gran reflexión, no podía estar más de acuerdo.
Y me alegra ver que vuelves poco a poco a la actividad en este blog.
Ciao.

oramalaC dijo...

Totalmente de acuerdo, cierto que hacerle asimilar a un adolescente la novena sinfonía de Beethoven es una atrocidad.
Hoy en día me pregunto si estos chavales saben quien son The Beatles, Mercury...creo que también debería ser parte de la historia universal de la música.

Salud!

juanito dijo...

Pues eso, muchas veces lo he pensado y tenía que desahogarme. Me da mucho coraje la gente que te dice ¿qué haces leyendo? me dan lastima, lo digo en serio, no saben lo que se pierden. Y claro ya si nos ponemos a hablar de música, pufff ahí ya es cuando te cagas.
Yo también pienso que obviar a gente como los Beatles en una clase de música, es un sinsentido. Pero que me decís de hablar de la movida y de las historias que hubo, eso les daría a los chavales curiosidad por escuchar. O aquí en Andalucía, hablar sobre el rock en Sevilla, la importancia de las bases de Morón y Rota, creo que detrás de todas esas cosas hay historias que bien podrían atraer a la gente.
En fin, la cosa seguirá igual, y quien escuche música escuchará los 40 y quien lea leera los best sellers.

jummm

Anónimo dijo...

Y de fútbol, ¿quién nos enseña de fútbol? ¿El marca, el as, el sport...?

juanito dijo...

Bahh de fúrgol es diferente, porque la oportunidad de acceder a él la tenemos todos, y así es muy fácil, pero la oportunidad de acceder a los libros y la música es otra cosa.